En un post anterior hice referencia de las manifestaciones del
niño en su papel de espectador de una obra teatral.
En esta ocasión, cambiaré el punto de vista de la obra de teatro, pues los
enfoques de los argumentos para la actuación son muchos, tales como el canto,
el drama, la comicidad, entre otros, y pueden prestarse para que los niños en
la escuela interpreten ciertos personajes.
El niño como actor en obras de teatro.
Para comenzar, cabe destacar que si el niño es muy pequeño, es mejor que esté ayudado por personas mayores.
Para el niño, siempre existe la preferencia de diálogos muy simples e improvisados.
Interpretar determinados papeles en la obra de teatro luego de cansados
trabajos de preparación y el soporte a veces de mucha presión ejercida por
parte del director de la escena, se refleja en su mejorado nivel de
entrenamiento en las técnicas de expresión, considerando que realiza con mejor
calidad sus expresiones en cuanto a uso de la palabra, gestos acordes,
movimientos, interpretación con empatía, etc..
Sin embargo, para su desarrollo integral, puede decirse que no es
suficiente el hecho de que el niño se aprenda de memoria unos renglones,
movimientos o que se encarne interpretando algún personaje. Pues,
debemos considerar que esta manera de prestarse para la actuación, lo colocan
en el plano de crear una vida, un personaje, alguna situación, es como que la
vida le presente facetas “multiformes” entre la realidad y lo ficticio cuando
cumple su papel de actor.
Es conveniente que se les guie, lógicamente para que lo hagan bien,
correctamente, lo mejor que puedan, teniendo en claro que si desean lograrlo
deben entrenarse como se debe. Pero, quien lo dirija no debe olvidar que
ese niño es una vida ajena, la que está a su cargo para que cumpla un papel en
la obra, que si no puede cumplir con lo esperado en un tiempo estimado, no
tiene una razón para exigirle cuando por más que se esfuerce no lo logre,
sería algo así como pedirle “peras a un manzano” cuando quizás no exista esa
disposición por alguna causa.
En base a lo anterior,
no debe olvidarse que el niño está en un lugar al cual acude, pero que no
es su hogar,
y que este puede ser un lugar donde desfogue inclusive problemas que se
presenten en su entorno familiar.
También, juegos de palabras como los
trabalenguas
pueden ayudar el desenvolvimiento verbal del niño y mejorar la expresividad
oral en las obras de teatro. De igual manera, divertirse aprendiendo
la letra de
canciones infantiles
que le guste puede ser de gran ayuda, sobre todo si se esmera en cantar.
Por otra parte, ayuda mucho tener un narrador que con sus palabras cree
un ambiente para encarnar al personaje ficticio, para coordinar, dirigir la
acción y sobre todo que sirva de apoyo al niño para recordar su papel.
Los adultos debemos ayudar al niño a crear, imaginar, a expresar su forma de
ver la vida.
No debemos olvidar que
hay que depositar en el niño el interés para que manifieste el pleno
dominio de sus facultades de comunicación y expresividad
y sobre todo si posee ciertos impedimentos sean estos físicos o motrices, su
actuación es un triunfo.
Psicóloga. Gloria Ramírez
Espero que el contenido haya sido de tu agrado.
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